¿Se puede dejar la mente en blanco? Sí, pero no le va a gustar el modo

Se tiende a pensar que la
meditación consiste en dejar la mente en blanco, un error que conduce a
abandonar de forma temprana el camino hacia nuestro objetivo. Cuando en clase
de estas disciplinas relajantes le animan a borrarlo todo de
su cabeza, no se refieren a liberarla de pensamientos, sino a aprender a
centrarla en un aspecto sutil como puede ser la conciencia. Para meditar, se
debe tener, obligatoriamente, un objeto de meditación, más físico y real cuando
se es principiante, y más sutil cuando uno tiene una práctica avanzada. El
único modo de no pensar es no estar vivo.
Dejar de cavilar es un deseo más habitual de lo que
se imagina, tal y como corrobora, Cristina Gutiérrez Juanes,
psicóloga sanitaria del centro madrileño Alcalá 177. “Mucha gente se acerca a
la consulta buscando ayuda para no reflexionar, desconectar de sus pensamientos,
dejar la mente en blanco y atenuar así el sufrimiento que les produce el
incesante vaivén de juicios, ideas y sensaciones que bombardean nuestra mente.
Sin embargo, no podemos dejar de hacerlo”.
Insiste en lo mismo el doctor
Sergio Oliveros, psiquiatra, psicoterapeuta y director del Grupo Doctor Oliveros, para quien la mente no se puede
dejar en blanco por definición, pues solo quedaría en blanco cuando fallecemos,
y en tal estado ya ni existe. “Lo único que se puede hacer”, añade, “es
concentrar la atención hasta que solo perciba el movimiento de las alas de la
nariz al respirar, pero estaremos ocupando la mente con el sonido del aire, la
variación de la temperatura al entrar y salir del cuerpo y la deformación que
induce en las fosas nasales. Entonces, la corteza cerebral se desconecta, solo
en parte, empieza a notarse el descanso”.

Concentrarse
significa reunir en el centro, recoger, centrar. Su opuesto es la dispersión y
el esparcimiento.

Como apunta Oliveros, una persona rezando el rosario se
tranquiliza, un niño contando ovejas se duerme, un judío haciendo genuflexiones
frente al muro de las lamentaciones se desconecta del entorno y concentra su
atención en la oración. Todas las culturas intentan “dejar la mente en blanco”,
distrayéndose del entorno y concentrándose en lo que uno desea.
El
primer paso de este camino es llegar a un estado de relajación psicoemocional.
Durante la relajación, según nos explica Oliveros, “se produce una disminución
de la actividad cerebral cortical y de los estímulos dolorosos, una mejor
oxigenación de los tejidos por la dilatación de las arterias y la mayor
profundidad de la respiración, una importante relajación muscular y sensación
de tranquilidad”.
En
yoga, la piedra angular de la relajación es el control de la respiración. De
hecho, se dice que allí donde está la respiración está la mente. Pero, como apunta el experto, no se trata de hacer
una serie de inspiraciones y exhalación profundas, sino de un control sobre
la entrada y la salida del aire con una profundidad, ritmo y técnicas correctas

Interesante artículo. Una de las cosas en las que te puedes concentrar también para meditar puede ser una vela encendida.
ResponderEliminar"Ni tus peores enemigos te pueden hacer tanto daño como tus propios pensamientos" Buda.